La aerodinámica en un deporte de competición como el ciclismo es una de las más valiosas variables a controlar, ya que es la resistencia al viento el principal factor a combatir a partir de los 25 km/h.
La histórica marca Orbea dentro de su estrategia de ganancias marginales se vuelve a dar la mano con Dhemen para desarrollar la versión aerodinámica del exitoso casco R-10 desarrollado para ellos años atrás. El reto consiste en trasladar las características de su predecesor a un escenario donde cada milésima cuenta y donde todo suma, por pequeño que sea.
El R-10 original partía de varios conceptos que en este R-10 Aero son punto de partida: mínimo volumen sobre la cabeza del usuario, máxima seguridad y protección frente a impactos y caídas, unidos a una máxima ventilación y una máxima ligereza. Es gracias a todo ello, que dichos conceptos forman una sólida base sobre la que proyectar un casco innovador y efectivo a la vez que cómodo y seguro.
El proceso de diseño se lleva a cabo realizando de nuevo (al igual que en su predecesor R-10) un ejercicio de ingeniería inversa y en él, se estudian los volúmenes sobre el cráneo de los usuarios tipo, se realizan estudios en túnel de viento y se analiza y cruzan toda la información generada por los modelos.
El resultado es un casco extremadamente bien ventilado, compacto, ligero y con una mínima resistencia al viento. Muestra de ello es que no solo es utilizado por triatletas o contrarelojistas si no que es utilizado también en grandes vueltas e incluso ciclistas amateur en busca de un optimo rendimiento aerodinámico.
Así mismo, se sitúa como uno de los cascos más seguros de su segmento incorporando la tecnología MIPS® (capa de baja fricción entre la cabeza y el casco que rota ante en el caso de un impacto).